Rara negativa del Banco Nación

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Juan Ignacio Forlón

Lo que se conocía como un rumor firme, cobró cuerpo. La directiva del Banco Nación Argentina a cerrar el acceso a crédito o facilidades a productores que posean soja guardada de su producción ya es una certeza. La sucursal de Monte Cristo, en Córdoba así lo exhibe, lo cual contradice su Carta Orgánica.

En abierta contradicción con el Artículo 3 de su Carta Orgánica el Banco de la Nación Argentina comunica en sus sucursales que: “Se pone en vuestro conocimiento que este banco ha dispuesto atender hasta el 31/12/2014 en forma normal según lo pactado para cada uno de los clientes. Luego de dicha fecha sólo se atenderán a aquellos productores que acrediten no tener existencia de soja, para lo que deberán presentar acuse de recibo para existencias informadas al 31/08/2014 y los comprobantes de ventas respectivos que verifiquen no poseen existencia de dicho grano.”
En la Carta Orgánica, Artículo 3, puede leerse:

“El Banco tendrá por objeto primordial prestar asistencia financiera a las micro, pequeñas y medianas empresas, cualquiera fuere la actividad económica en la que actúen. En tal sentido deberá: a) Apoyar la producción agropecuaria, promoviendo su eficiente desenvolvimiento.”

En algunas sucursales la comunicación se venía transmitiendo en forma verbal. De esta manera, el Gobierno busca que los productores vendan su soja, apuntando a cerrarles cualquier financiamiento.

En enero de 2014 el Banco Nación comenzó a restringir el financiamiento a los productores de soja, recortando los límites de créditos a quienes producen la oleaginosa y después avanzó sobre los que aún no la comercializaron.

Al ser consultado el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, indicó que:

“Se advierte que muchos productores han efectuado retenciones y han perdido dinero porque se han dejado influenciar por una presunta evolución del tipo de cambio. Entonces, decían que era posible mantener el precio internacional de la soja con un tipo de cambio más favorable y costos hundidos de la cosecha preexistente. Esto equivale a decir que no tenían necesidades de financiamiento de corto plazo. Que, pese a advertencias que el precio iba a caer, aún retuvieron soja. Especularon con una variación del tipo de cambio que no fue. Por lo tanto, deberían esos productores, repudiar las recomendaciones de sus asesores y/o consultores.

”En ese contexto, lo que nosotros tenemos como política financiera es: ayudar, precisamente, a los sectores que más necesitan financiamiento. Si hay un sector que efectivamente tiene excedentes y tiene capacidad de liquidar parte de sus excedentes para establecer un mecanismo de financiamiento, tanto para capital fijo como para capital de trabajo, evidentemente, la política financiera tiene que estar orientada a otros sectores que más lo necesitan. Es correcta la orientación de una política financiera por parte del Banco de la Nación Argentina, como banca estatal y de fomento, de inducir a procesos de asignación crediticia para aquellos sectores que más necesitan financiamiento y que no disponen de reservas, como en este caso, acumulación de stock de soja que pueden perfectamente liquidar. Es de absoluta racionalidad lo que hace el Banco de la Nación Argentina y es de absoluta racionalidad el diseño de una política crediticia que pretende asignar recursos a los sectores que no los tienen. A los sectores que disponen de recursos, obviamente, deberán liquidar los mismos”.

Se estima que, aún quedan sin vender unos 14,3 M de toneladas de soja, que representa poco más del 25 % de la última cosecha, un valor efectivo de u$s 6000 M.

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