El productor, entre la confianza y la incertidumbre

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En el inicio del nuevo Gobierno, el Índice de Confianza de Empresarios Agropecuarios, del Movimiento CREA volvió a registrar una suba y alcanzó sus niveles más altos desde 2019. Las condiciones presentes tuvieron su segunda alza consecutiva, quizás debido a la comparativa versus la fuerte sequía de 2023.

Sin embargo, dadas las condiciones productivas y una macroeconómica en proceso de corrección, dicho subíndice continúa en valores bajos y en un camino de recuperación. En ese sentido, las condiciones futuras registran una mayor velocidad de mejoría a partir de un posible cambio de administración y la expectativa de reglas más claras.

En los primeros 100 días del nuevo Gobierno se impulsaron importantes cambios económicos, necesarios, no suficientes, para comenzar a corregir los problemas heredados y que afectaron al agro.

Algunas variables evolucionaron mejor a lo esperado. El riesgo país se redujo un 37%. La corrección del tipo de cambio favoreció una rápida acumulación de reservas (+ USD 7.748 millones). La baja de la tasa de interés, en un contexto de alta inflación, permitió disminuir el peso de los pasivos remunerados y la base monetaria.

Además, comenzó el saneamiento del BCRA; y la inflación, luego del pico inicial, se desaceleró más rápido de lo proyectado por el mercado.

Además, el equilibrio fiscal obtenido en los primeros dos meses de gobierno, con un superávit del 0,1% del PBI, evitó el financiamiento mediante emisión monetaria o nueva deuda. La recomposición de las cuentas públicas se dio gracias a que los ingresos, apuntalados por el impuesto PAIS y los derechos de exportación (DD.EE.), cayeron menos que el gasto. Los recortes, mediante la desactualización de las partidas en jubilaciones, subsidios económicos –tarifas-, obra pública, programas sociales, y transferencias a las provincias, redujeron el consumo público e hicieron proliferar conflictos políticos por los intereses afectados.

No obstante, otros puntos de la economía se resintieron. El menor gasto público, la alta inflación, la disminución de importaciones y el deterioro del poder de compra de los salarios y jubilaciones terminaron afectando al consumo y al nivel de actividad económica. A nivel general, la actividad retrocedió 4% desde nov-23 a ene-24, principalmente impulsadas por la caída en construcción (-17% i.a.), industria (-11% i.a.) y comercio (-8% i.a.). En el principio del año, el sector que más se recuperó fue el agro (+11% i.a.), producto de las mejores condiciones climáticas.

Por lo tanto, el deterioro del poder de compra del salario en los últimos años repercute en un menor consumo local de los productos agroindustriales. En efecto, los salarios registrados han perdido poder de compra medidos en valor litro equivalente y en kilogramos de carne promedio.

En lo inmediato, el Gobierno se encuentra en una encrucijada respecto a la cotización oficial del dólar. La decisión de sostener el ritmo de devaluación al 2% mensual mientras la inflación avanza a un ritmo mayor, erosiona rápidamente la competitividad del tipo de cambio.

Así, si bien los niveles de tipo de cambio actuales están en torno a los históricos, la tendencia parece difícil de sostener dado el progresivo retraso y la falta de financiamiento. El inconveniente radica en las consecuencias que podría tener una salida del cepo cambiario o una aceleración del ritmo de devaluación sobre la inflación. En suma, el Gobierno puede mostrar algunos éxitos en su tarea de estabilizar la economía, pero hacia adelante, uno de los riesgos principales es que el progresivo retraso del tipo de cambio oficial haga reaparecer las expectativas de devaluación. En ese sentido, la desinflación no es lo suficientemente rápida para que la actual evolución sea sostenible sin financiamiento externo.

Contexto económico y político – Con la propuesta del “Pacto de Mayo” el oficialismo busca un acuerdo con los gobernadores, que le permita adquirir los votos faltantes en el Congreso para obtener la mayoría en la nueva “Ley Ómnibus”, y retomar la iniciativa política en las Cámaras. Se evalúan cambios impositivos -particularmente en ganancias- para mejorar los ingresos provinciales, pero de momento la negociación se encuentra sin desenlace.

La continuidad de las correcciones de precios seguirá impactando sobre la inflación en los próximos meses. Particularmente los aumentos próximos en el gas (350%) y en el agua (209%) podrían mantener al incremento de precios en números cercanos a los dos dígitos. La alta inflación y la actualización de tarifas presionan sobre el humor social que, de momento, Milei logra mantener a su favor.

Situación macroeconómica – Las reservas internacionales netas del Banco Central registran una recuperación después de una acumulación negativa de 11 meses. No obstante, la cantidad de regulaciones cambiarias y la –todavía- alta deuda importadora, imposibilita aprovechar los bajos niveles de brecha para impulsar una salida del cepo. Según lo expresado por el propio Gobierno, el horizonte de apertura cambiaria se daría una vez que el proceso de saneamiento del Banco Central se encuentre más avanzado.

Destacados del tablero Macro abr-24 – Las fuertes correcciones implementadas se traducen en indicadores de consumo a la baja: salarios, compras en el comercio interior, importaciones e industria. Mientras, los datos relacionados con los sectores exportadores y sus productos se vieron favorecidos por la mejora cambiaria de los meses pasados y el fin de la sequía. La prueba para el Gobierno en los próximos meses se centra en la administración de los costos políticos y sociales para continuar implementando su política y a la vez mostrar resultados económicos positivos.

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