Disminuir brechas de productividad

Para disminuir la brecha de productividad que existe entre las distintas empresas lecheras, desde hace 12 años que el área de Lechería del Movimiento CREA trabaja sobre distintas estrategias

Para disminuir la brecha de productividad que existe entre las distintas empresas lecheras, desde hace 12 años que el área de Lechería del Movimiento CREA trabaja sobre distintas estrategias. En tal sentido es uno de los temas del Congreso Lechero Crea que tiene lugar en Puerto Norte, en la ciudad de Rosario, en esta anteúltima semana de junio.

En el negocio de los alimentos la construcción simbólica de los mismos en la mente de los consumidores representa un aspecto crucial porque, además de la nutrición, existen muchos otros factores asociados a las decisiones de compra.

Ximena Díaz Alarcón, especialista en investigación de mercado y tendencias de consumo, llevó adelante un estudio cualitativo bajo la metodología de “focus group” para actualizar las percepciones sobre la leche y los lácteos presentes en el imaginario de los consumidores argentinos.

“La leche se asocia con cosas buenas, la infancia, la vaca, el café con leche, la madre, la identidad argentina, el campo; sobresale todo lo que tiene que ver con lo maternal, con los recuerdos de la propia infancia y el poder nutricional”, explicó la especialista en el Congreso Lechero CREA, realizado en la ciudad de Rosario.

Sin embargo, un sector de la muestra evaluada, integrado por personas jóvenes y de elevado nivel socioecnómico, también vincula a la leche con conceptos tales como intolerancia a la lactosa, alergias, malestar, explotación animal e impacto ambiental por emisión de gases de efecto invernadero.

Algunos integrantes de la muestra incluso manifestaron que en los tambos se produce crueldad animal porque se acepta la violación de las vacas para que sean inseminadas por períodos muy largos, además de robarles el ternero y enchufarlas a máquinas durante toda su vida.

No son buenas noticias que la gente piense eso y especialmente los consumidores más jóvenes, quienes pueden influenciar con sus decisiones a la gente más grande, para quiénes los lácteos no están mayormente cuestionados”, apuntó Díaz Alarcón.

Los lácteos están lejos de ser los únicos alimentos en ser cuestionados por un sector de la población, dado que, en general, se observa una tendencia a idealizar lo “natural” y, en contraposición, a desacreditar lo industrializado y en especial lo denominado “ultra procesado”.

Es interesante saber que aquellos que tienen esas representaciones mentales de la lechería no necesariamente las visualizan cuando piensan en quesos artesanales, los cuales suelen ser asociados con la tradición, el descubrimiento de novedades gastronómicas y el placer.

Cuando imaginan al pequeño productor tambero, piensan en general en el peón al costado de la vaca con su banquito y su boina, rústico, que convive con las vacas como si fuesen sus mascotas, pero sucio, con bosta y poco higiénico”, señaló la consultora.

En el imaginario de la muestra el gran productor aparece, en cambio, asociado a los procesos industriales, la profesionalización y los cuidados higiénicos, pero que no respeta a las vacas.

Si bien los cuestionamiento a la leche y la lechería representan amenazas, también constituyen una oportunidad para comunicar al público el estado actual de la actividad y los nuevos paradigmas que está atravesando la misma, dado que buena parte de las representaciones simbólicas corresponden a situaciones presentes en los tambos décadas atrás.

Hay un montón de cosas que se pueden hacer para volver a poner de moda la leche y revalorizar su aporte nutricional y social, pero es necesario ser sutiles y hacerlo de modo adecuado, porque la gente no quiere conocer tecnicismos industriales”, resumió Díaz Alarcón.