Con estimaciones al 2 de Julio pasado, el relevamiento de cosecha realizado por el Ingeniero Néstor Gómez, la cosecha de algodón, a nivel país, se encontraba próxima a concluir con un 96 % de avance, algo más de 435.800 hectáreas recolectadas sobre 454.000 sembradas, aproximadamente.

Culminó Chaco su zafra con algo más de 199.200 hectáreas y se obtuvieron rindes promedio de 2.200 kg/ha con buena calidad industrial, favorecida condiciones climáticas donde el cultivo no experimentó pérdidas considerables.

En Santiago del Estero se alcanza el 92 % de la superficie algodonera provincial, esto es algo más de 174.600 ha de las 189.790 sembradas. Con rendimientos variables, entre 1.500 a 2.500 kg/ha entre productores de mediana y baja escala; en los de mayor estuvo entre los 3.000 a 4.500 kg/ha.

En Córdoba la colecta cubre el 75 % de las casi 1.500 ha sembradas aproximadamente, esto es 1.100 ha. Por otra parte, terminaron la campaña Santa Fe con 40.800 ha; Formosa con 8.000 ha; Salta con 8.400 ha; Entre Ríos con 200 ha; San Luis con 6.000 ha; y Corrientes con 95 ha.

La cuarentena afectó de manera importante el mercado de la fibra, por su parte las hilanderas dejaron de comprar y las desmotadoras de vender su fibra, por lo cual no hubo precio. Actualmente está repuntando muy lentamente, es por ello que los precios pagados en desmotadoras y cosechados con sistema picker (husillos) se encuentran entre $ 13.500 y $ 16.000 la tn de algodón en bruto; mientras un algodón C½ y con 33 % de fibra al desmote el precio es de $19.000 por tonelada. Sin embargo, es difícil conseguir algodón de esa característica para esta época.

La cosecha realizada con Javiyú o stripper, los precios aún son más bajos y oscilan entre $ 9.000 y $ 11.000 la tn de algodón en bruto. Los algodones de siembra tardía sufrieron las heladas de mediados de mayo, que ayudaron a actuar de desecante, por otra parte hizo que bajara el peso de la fibra y por ende los rendimientos en bruto del algodón.

Las plagas consideradas de mayor daño para el cultivo, durante esta campaña, fueron los trips, chinches y picudo. Los trips en siembras temprana fueron de difícil control, principalmente si no se llegó a tiempo con las primeras aplicaciones de insecticida. Las chinches (Nysius sp, Coris sp) también dejaron daños importantes en el cultivo, puntualmente en aquellos lotes que no realizaron un buen control. La aparición del picudo (Anthonomus grandis), tal vez la plaga más importante de la región, en este ciclo agrícola dependió de las prácticas culturales de su campaña antecesora (picado y entierro de rastrojo) y en el monitoreo permanente de la plaga y sus aplicaciones correspondientes de agroquímicos para el control. Como en campañas anteriores, se observaron Alternaría (Alternaria alternata) y Ramularia o falso mildiu, de acuerdo a datos de los Ing. Carlos Kunst (SENASA – Ing. Lucas KoritkoIng. Adrian Koritko, Ing. Agr. Esteban Romero.

En la zona de secano y dentro de la mitad derecha y Este de la provincia de Chaco, y que tiene un promedio de milimetraje mayor a la zona de riego, el avance de cosecha está en el 80 %. A esta región para una mayor caracterización de los estados de los cultivos, la podemos dividir en tres subzonas. La del sur con los departamentos Rivadavia, Mitre, Aguirre y Belgrano; la subzona central comprendido por los departamentos Juan Felipe Ibarra y Moreno y la del Norte con los dpto. Alberdi y Copo. Desde el punto de vista del desarrollo del cultivo y rendimiento de fibra, para la subzona sur encontramos en general los rindes más bajos. Dentro de esta subzona se identificaron rendimientos dispares, entre 1.000 a 3.000 kg/ha de algodón en bruto, siendo estos últimos alcanzados en el departamento Belgrano, donde las condiciones fueron medianamente mejor que el resto de la subzona. Si bien el clima, principalmente la escasez de lluvias durante la campaña, opacaron e influyeron en los bajos rindes, dentro de este panorama se observaron cultivos con mejor desempeño, principalmente aquellos que provinieron de rotaciones adecuados, que incluyó al maíz y a la soja. Dentro de este cuadro de situación, también jugó un papel importante la tecnología aplicada, ya que pudieron capturar mejor los recursos aquellos con mejor tecnología, entre ellos los fertilizados e inoculados con microorganismos promotores de crecimientos, entre otros. La situación mejora a medida que nos dirigimos hacia el norte, en los dpto. Ibarra y Moreno los rendimientos mejoraron; obteniéndose en los dpto. Alberdi y Copo los más altos rindes de la zona, en algunas situaciones alcanzaron los 1.000-1.200 kg de fibra por hectáreas. Los problemas presentes en esta zona, son las constantes derivas del 2,4-D, que afecta el crecimiento de los cultivos. Los distanciamientos entre surcos fueron de 0,76 y 1,00 metro, y la cosecha en su totalidad fue con picker, de acuerdo a informes de los Ing. Adrían Koritko, Ferdando Dipp, Jaime Coronel.