La institucionalidad vitivinícola está convulsionada. Las dos instituciones más fuertes con radicación en Mendoza siguen enfrentadas. Las autoridades de COVIAR y de Bodegas de Argentina han dado faltazo en el evento central de la Vendimia, en Mendoza, a los respectivos actos centrales de cada una de ellas.

El precedente inmediato se remontó al año pasado en virtud de acuerdos comerciales con Brasil y la Unión Europea (UE) por separado, pero agregaba más asimetría la salida del Reino Unido ante la UE

Esas asimetrías, arancelarias, dejaba a algunas bodegas mejor o peor posicionadas lo que hacía fijar posiciones en contrapunto en el seno de ambas instituciones referentes: COVIAR y Bodegas de Argentina y, de ahí la mezcla de los intereses comerciales de los bodegueros. Las negociaciones se traban a la búsqueda de ciertas condiciones y gradualismo para adaptarse a nuevas reglas. Así las cosas y sin posibilidad de conciliar, cuando se renovaron autoridades en la COVIAR, Bodegas de Argentina lanzó un comunicado de fuerte tono en desacuerdo con la designación de nuevas autoridades, donde José Zuccardi fue electo presidente.

La convivencia armónica entre ambas instituciones de momento ha cesado, mientras la renovación del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) 2020, que traza metas de evolución y mercados busca un nuevo horizonte en base al consenso sectorial. El precedente más exitoso fue que logró imponer un salto cuantitativo importante para toda la agroindustria vitivinícola.

En Bodegas de Argentina, los discursos estuvieron a cargo de la presidente de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, y el gobernador de la provincia de Mendoza, Rodolfo Suarez. El discurso de Ortiz descalificó y atacó en muchos pasajes a la COVIAR En tanto que José Zuccardi, al otro lado de la vereda fue diplomático y se puso por encima de las diferencias ocupándose de dar voz a las necesidades sectoriales. Acompañaron el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y otras altas autoridades.

Al hacer referencia al Plan Estratégico Vitivinícola y al respecto criticó que es “el primer plan estratégico que tuvo la industria, un plan ambicioso y excesivamente largo, que tuvo serias fallas de implementación y careció de las revisiones y correcciones que todo plan debería tener para adaptarse a demandas y cambios de un mundo global”.

A lo que agregó: “Al cumplirse 15 años del lanzamiento del PEVI, varias voces se alzaron reclamando que la Corporación Vitivinícola Argentina, entidad creada para implementar dicho Plan, había dejado de cumplir con los objetivos de su creación y su foco pasó a ser la autopromoción y la implementación de programas que en nada favorecían el crecimiento de la industria.”

Dijo que los reclamos sobre su conducción por parte de varias instituciones que integran su Directorio fueron desoídos y que “utilizando fondos del aporte que por ley realizamos  quienes elaboramos y fraccionamos vinos, y producen uva en fresco, pasas y mosto, iniciaron una campaña mediática para instalar en la opinión pública situaciones que nada tenían que ver con los puntuales reclamos que hace años veníamos haciendo desde esta y otras cámaras”.

“Corriendo el eje de la discusión, descalificando empresas y personas en medios de comunicación, poniendo de manifiesto su falta de capacidad de diálogo y respeto a quienes invierten y generan trabajo a lo largo y ancho del país”, continuó.

“El PEVI, lejos de cumplir sus ambiciosos objetivos, nos llevó a una gran crisis”, sostuvo.

Y celebró la propuesta de creación de una Comisión Legislativa en el Congreso Nacional, para analizar crítica y objetivamente las razones del fracaso de estos últimos 15 años, a fin de no repetirlos.

Propuso “facilitar la creación de una mesa de enlace, donde estén todas las voces, desde las asociaciones de productores de distintas regiones, cooperativas, bodegas y quienes comercializan nuestros vinos”.

Luego enumeró algunos ejes que deben ser parte de un nuevo plan estratégico, “más corto y en permanente revisión”.

Durante el discurso también hizo referencia a la necesidad  de la eliminación de impuestos distorsivos para poder competir globalmente, entre ellos, el impuesto PAIS. “Le pedimos al Gobierno Nacional que se haga eco de esta solicitud en pos de incrementar las exportaciones”. También solicitó la eliminación de las retenciones y el aumento de los reintegros a la exportación a niveles preexistentes y en el mercado interno que se reduzca el IVA al vino hasta que el consumo alcance un nivel mínimo sustentable para la cadena.

José Zuccardi abrió la jornada con el tradicional desayuno de la COVIAR, sin aludir ni atacar a Bodegas de Argentina.

“COVIAR es el ámbito creado por ley nacional para el desarrollo del Plan Estratégico Vitivinícola. Somos una actividad diversa por naturaleza. A diferencia de las bebidas industriales, el vino expresa lugar y gente; y no está concentrado.

“En el mundo es así, los consumidores así lo quieren y exigen.

“Esta es la mesa Institucional de la Vitivinicultura Argentina, donde las entidades de los distintos sectores comparten, con el Gobiernos Nacional y los Gobiernos Provinciales, un espacio de consenso y construcción”, dijo allanando cualquier intención de prerrogativas.

Sin embargo, destacó: “COVIAR es una innovación social y una política de Estado. Desde su creación, profundos cambios acontecieron:

  • La imagen del vino argentino creció en todo el mundo.
  • La cadena vitivinícola pasó de u$s 200 M de exportación a más de u$s 1.000 M.
  • Tenemos una nueva generación de agrónomos y enólogos de clase mundial.
  • Un tercio de los despachos de vino al mercado interno proviene de productores integrados en Cooperativas.
  • Se comienza a esbozar la regionalización del vino argentino, ya no sólo hablamos de variedades, también hablamos de las zonas.
  • El turismo vitivinícola constituye el mayor cambio en la matriz productiva de nuestra región. Más de 2 millones de visitantes al año generan trabajo en las bodegas, hoteles, restaurantes, transporte y comercio.
  • Somos el primer exportador de jugo concentrado de uva del mundo.

Al enumerar la situación de la vitivinicultura dijo: “Hasta año el 2010 crecimos en exportaciones a doble dígito. A partir del 2011, como consecuencia del atraso cambiario, las ventas al exterior se amesetaron.

“En 2016 y 2017 tuvimos las dos menores cosechas de los últimos 60 años. La escasez nos hizo perder consumidores, esto sumado a la tendencia mundial donde los países tradicionales bajan sus consumos y los nuevos crecen. Todos convergiendo en entre 20 y 25 litros por habitante por año.

“2018 y 2019 con cosechas normales pero con tasas de interés del 70 %, determinaron la caída estrepitosa de los precios de la uva y del vino. Ninguna actividad productiva resiste este nivel de tasas de interés.

“Contamos con una herramienta para establecer los equilibrios con el acuerdo Mendoza – San Juan que limita el volumen de vino elaborado.”

Luego, se refirió al PEVI: “En este contexto, próximo a cumplirse los plazos del Plan Estratégico 2020, es necesario que nos enfoquemos en diseñar una nueva visión estratégica de cara al 2030: El papel está en blanco.

Enfrentamos escenarios de fuertes transformaciones, nuevas tendencias de consumo, efectos del cambio climático, escasez de agua y el desarrollo del turismo, son entre otros, los nuevos desafíos.

“Tenemos un año para consensuar y diseñar el Nuevo Plan. Contamos para ello con la coordinación metodológica del INTA.

“Nuestro compromiso: mesas abiertas, no sólo para los miembros de COVIAR, sino para todas las instituciones y actores reales de la cadena que quieran aportar.

“Aceptamos todas las críticas que ayuden a la construcción de una vitivinicultura mejor. Tenemos una responsabilidad en el futuro de nuestra región y su gente.

“Rechazamos los ataques arteros a la institucionalidad que promueven la concentración y el traslado de las decisiones fuera de las zonas de producción; lo vivimos en el pasado.

La mesa está abierta para trabajar. Nadie puede ejercer el poder de veto.”

Luego se dirigió a las autoridades políticas: “Los productos vitivinícolas no deben estar gravados con derechos de exportación, dado el alto valor agregado que llevan. Dos tercios del valor de un kilo de uva corresponden a mano de obra. “