Estafó con cheques, y es la sociedad utilizada bajo presunto robo de identidad para atacar a Vicentín y perseguir a sus ex directivos

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Olzen S.A., es la fábrica de zapatos inexistente que usaron los abogados rosarinos del Estudio Casanova y, Feldman. Como apoderados están involucrados en los manejos de esa fabril, y el titular designado Joel Isaías Da Costa es un desocupado que no los reconoce; por lo que se trataría de un robo de identidad. Entre varias acciones irregulares que perjudicaron a la cerealera Vicentín está el pedido y la posterior detención efectuada a su presidente, Omar Scarel, en junio del 2022, por una venta de acciones que no hizo. Los hechos constituirían una estafa procesal.

(*) Por Bernardo Basombrío

Olzen industria y comercio de calzados S.A.”, con domicilio en un “5to piso, oficina 3”, de la peatonal Córdoba en el microcentro de Rosario, designó presidente de directorio a un brasileño desocupado de nombre Joel Isaías Da Costa, quien niega la relación, los cargos y las acciones en todo lo concerniente al Concurso y a las causas penales que involucran a Vicentín.

A principios del 2020 cuando la cerealera ya había declarado su estrés financiero, formalizó su presentación a Concurso de acreedores. La firma Olzen entró en escena y, para ello, se hizo titular de una deuda de $ 5.900.000.- pagando solamente $ 10.000.-. El requisito se obtuvo mediante la cesión del crédito que otra empresa -genuina acreedora de Vicentín- Garagro S.A., de El trébol, al sur de Santa Fe, le otorgó. El suceso concitó mucha atención por esta particularidad.

Presuntamente Joel Isaías Da Costa, en la primera ocasión otorga poder el 3 de junio de 2020 ante la escribana Virginia Gatti, y en favor de titulares e integrantes del estudio de abogados rosarino: los socios Guillermo Casanova, Jorge Mattos, Leandro Salvatierra y Diego Feser, extendido –entre otros miembros- a Viviana Cosentino y Patricio Longo, con la facultad general de designar a nuevos delegados.

Inmediatamente, Longo, abogado junior del estudio, presentó en la Justicia un pedido de beneficiar a Olzen para litigar sin el pago de sellos ni Costas; algo así como una carta de pobreza.

Luego, Da Costa supuestamente dio poder formal, por segunda vez el 7 de agosto de 2020, al abogado Sebastián Farina para que éste lo represente ante el juzgado Civil y Comercial de Reconquista para verificar el crédito. Una vez admitido, el letrado pidió la nulidad de la apertura del Concurso a Vicentín, contradictoriamente. El magistrado Fabián Lorenzini la rechazó “in limine”, es decir lo hizo ni bien acusó la solicitud por considerar que no procedía.

Mientras tanto, la zapatera libraba cheques sin fondos por $ 41.577.255.- a agosto de 2020, y Da Costa se endeudó con el HSBC a título personal y, también con un fondo de inversiones, por lo que figura como moroso incobrable, actualmente.

Adicionalmente, la web de AFIP no permite obtener la constancia de la CUIT de Olzen, básicamente porque cuando un contribuyente no tiene las presentaciones al día, el organismo recaudador traba las solicitudes impidiendo el normal desenvolvimiento comercial.

Al consultar en el sitio del ente se lee: “La CUIT del contribuyente fue limitada en términos de la RG AFIP 3832/16. El contribuyente cuenta con impuestos con baja de oficio por Decreto 1293/98”.

Con todo esto, en junio de 2022 tomaba estado público que la cerealera alcanzaba la mayoría en cápitas y capital financiero requeridos por la Ley de Concursos y Quiebras para solicitar la homologación, una instancia crucial de orden. La propuesta de pago, con el visto bueno del juez, decía desprenderse de acciones de Renova y bienes en otras empresas para afrontar la deuda.

Previamente a avanzar con el Concurso y la propuesta, la justicia penal rosarina dictó una cautelar, entrometiéndose en la competencia del fuero Civil y Comercial, por lo que técnicamente no se podría consumar el acuerdo. De todas maneras y prolijamente, Vicentín hizo saber que el planteo y la viabilidad siempre requería se levante tal medida.

Ante la inminencia del logro, reiteran el uso de Olzen como punta de lanza, embistiendo contra Vicentín. Para la ocasión se presentó como apoderado de la demanda el abogado Gustavo Feldman, comisionado al acto de parte del estudio Casanova. De esta manera, denunció ante la Justicia Penal por desobediencia a Omar Scarel –titular de la cerealera- alegando que la venta de acciones estaba consumada, en referencia a la propuesta concursal.

Los fiscales en lo penal económico Miguel Moreno y Sebastián Narvaja tomaron la referida acusación y procedieron a detener al presidente de Vicentín, Omar Scarel, en la madrugada del 6 de junio de 2022, a pesar de estar sujeto a derecho, conforme lo establece la Justicia. Actualmente, ese planteo está archivado.

En una entrevista personal, Joel Isaías Da Costa, presidente de esta particular sociedad, se desentendió de toda esta actividad y sostiene que no tiene nada que ver con Vicentín, ni la conoce. Esto, coloca en posición de gravedad jurídica todo lo actuado por Olzen, a través del estudio Casanova y de su junior, Longo, como así también por intermedio de los letrados Feldman y Farina, con quienes también niega relación alguna, extendiendo la sombra a los poderes certificados por la escribana Gatti.

A través del armado de Olzen, una fábrica de zapatos inexistente, y bajo presunto robo de identidad a un desconocido brasileño, sistemáticamente se atacó el normal desenvolvimiento concursal y persiguió a los ex directivos de Vicentín.

La estafa procesal es un delito penal como estafa agravada que, se comete en un proceso judicial mediante la manipulación de pruebas u otro tipo de fraude que provoca un error en el juez o el tribunal. Como consecuencia, se dicta una sentencia que perjudica los intereses de la contraparte.

Se utilizó una supuesta representación, sin que esta actividad sea conocida por el titular y con tal de malograr la suerte de Vicentín, para allanar el camino a quedársela. Todo, en un ecosistema judicial rosarino especialmente receptivo a esas formas y que siempre ha dado oídos preferenciales a esos actores, que habrían actuado invocando un poder que no tenían.

 (*) Periodista, editor y autor del libro ¡Exprópiese! El caso Vicentín

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